Me contaron que murió Ekaterina Olievskaya. No le dice nada? A las nuevas generaciones nada. Para los que vivimos la dictadura es un símbolo de la resistencia anti-pinochetista. Katia era la voz de la solidaridad de Radio Moscú en el programa Escucha Chile. Una emisión desde Moscú para dar cuenta del combate contra la dictadura y aliento a la lucha democrática.
La noticia me transportó a una noche, en 1976 o 1977, en el lánguido pueblito de Los Muermos. Una noche de neblina, de calles solitarias, en las horas tormentosas de espera del toque de queda –que en la época era a las 21 o 22 hora-. Caminando para llamar el sueño y evitar el martirio insoportable de ver 60 minutos, el noticiero central de Televisión Nacional de Chile, el único por demás, canal que se veía en todo el sur del país. Me refugie de la llovizna que caía lenta, bajo los aleros de una vieja casa de dos pisos de paredes de alerce. Puse atención a la calle húmeda y sola. Un silencio de pueblo chico envolvía la escena. En la calle y en el interior de las casas de la cuadra se distinguía la luz leve y mortecina de los dormitorios pobres. Como desde muy lejos, pero firme y evocadora, fue llegando a mis oídos la música del Inti Illimani, característica de Radio Moscú y de Escucha Chile. Escuche el saludo de Volodia, del periodista y escritor José Miguel Varas. Luego, el locutor ruso, preguntaba a Katia:
-Y que te parece a ti Katia… en una muletilla radial de gringo ruso que se nos pego por años a los chilenos oyentes clandestinos del programa. Y Katia contestaba en su melosa voz de rusa españolizada.
La emoción me sobrecogió. En ese olvidado pueblo de Dios, alguien se atrevía a desafiar a la dictadura, en una exposición mucho mas peligrosa que en una gran ciudad. Un compañero, una compañera combatían el miedo paralizante y desde la seguridad incierta de su dormitorio sintonizaban la voz de la solidaridad internacional con el pueblo chileno. Escuche unos minutos mas, luego corrí a la casa pensión, henchido de coraje. No estaba solo en Los Muermos. Todos estábamos menos solos en esas horas del terror. Teníamos voz desde Moscú. Y una de esas voces era la de Katia.
Me contaron que Katia transmitió también en la edición en español de Radio Moscú, los sucesos heroicos de la defensa de Stalingrado por el ejército rojo. O cuando los soldados del soviet levantaron la bandera en el Reisgtach hitleriano. En fin, una voz libertaria y portadora de historia.
Katia Olievskaya, murió en Israel, a los 92 años.
Escucha Chile y las emisiones en español-chileno desde Moscú, son episodios poco conocidos del periodismo y la radio nacional. O ignorados a propósito para tender el olvido a un momento de la historia que parece ser mejor olvidar.
Días de radio, que vendría bien se reconocieran hoy en un modesto racconto de lo que fue. Y quizás póstumamente escuchar la lejana, dulce, apasionada y calida voz de Katia saludando a su pueblo chileno adoptado.
Yo desde un alero de alerce, reviviendo en 1976, en Los Muermos, saludo a Katia y le digo, calladito, ¡¡ Hasta Siempre compañera ¡¡¡
Me acuerdo clarito de las noches en la pieza de mi abuelo cuando a luz apagada se escuchaba la radio Moscú...increíble, pero visto desde ahora, el viejato tenía su wea clarita, era piola no más...un saludo a los kuneteros, la memoria es un ejercicio incómodo, pero necesario...
ResponderEliminarmuchas gracias por el post
ResponderEliminaredicion la kuenta